Nuestro cerebro controla todos los aspectos de nuestra vida, incluidos los latidos del corazón, la respiración, los sentidos, los pensamientos y movimientos. El cerebro también necesita nutrientes para realizar estas funciones de forma óptima. Una nutrición inadecuada puede provocar el deterioro cognitivo y otros trastornos cerebrales.
¿Cómo influye la nutrición en el cerebro?
La nutrición no sólo ayuda a la digestión de los alimentos, sino que también afecta al cerebro. El cerebro produce un neurotransmisor llamado serotonina que regula el estado de ánimo, el apetito y el sueño. Muchos estudios han informado de que el consumo de probióticos está muy relacionado con la mejora de la percepción del estrés, la ansiedad y el estado de ánimo. Por lo tanto, esta comunicación intestino-cerebro es crucial para la cognición (1).
Una nutrición inadecuada puede provocar un declive cognitivo y un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y pérdida de memoria. Las alteraciones nutricionales también tienen un impacto significativo en el comportamiento. En un estudio se ha comprobado que los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) presentan con frecuencia carencias de ácidos grasos esenciales y de hierro (2).
Por lo tanto, desde el bienestar psicológico y la cognición hasta el comportamiento y el estado de ánimo, la nutrición influye mucho en la función cerebral.
Las grasas alimenticias y el funcionamiento del cerebro:
¿Sabe que su cerebro está compuesto por un 60% de grasa, incluidos los ácidos grasos omega-3 y omega-6? Cuando consume el tipo de grasas adecuado, la función cerebral se ve altamente potenciada. Los ácidos grasos omega-3, que son los componentes básicos del cerebro, son vitales para el aprendizaje y la memoria (3).
Sin embargo, debe evitar las grasas saturadas, como la carne grasa o los productos lácteos integrales. Las grasas trans pueden empeorar su cerebro porque dañan las células cerebrales al oxidarse con el tiempo (4).
Puedes obtener omega-3 de:
- Pescados grasos como el atún, las sardinas y el salmón
- Fuentes vegetales como la chía, las nueces y las semillas de lino molidas.
- Productos lácteos bajos en grasa
Efectos de los carbohidratos en la salud del cerebro:
El cerebro se alimenta principalmente del consumo de hidratos de carbono, incluidos el azúcar y el almidón. Los carbohidratos “buenos” y “malos” son los que marcan la diferencia.
Los hidratos de carbono complejos potencian la función cerebral y protegen las células del cerebro de los daños causados por los radicales libres. Los carbohidratos refinados se han relacionado con el deterioro cognitivo (5).
Los carbohidratos más saludables también son ricos en fibra. La fibra es buena para las bacterias intestinales que también desempeñan un papel en la salud del cerebro.
Puedes obtener carbohidratos saludables de
– Guisantes
– Frijoles
– Granos enteros
– Frutas y verduras
Efecto de las proteínas en la salud del cerebro:
Un alto consumo de proteínas magras es esencial para los neurotransmisores que envían señales a través del cerebro. Entre las fuentes de proteínas más saludables encontramos:
– Frutos secos
– Legumbres
– Huevos
– Aves de corral y pescado
Los huevos son ricos en colina, que es importante para mejorar la función cerebral. Una ingesta dietética deficiente de proteínas afecta en gran medida a la barrera hematoencefálica (6).